viernes, 21 de noviembre de 2008

BENEDICTO XVI PIDE A LOS RELIGIOSOS QUE "NO ANTEPONGAN NADA AL AMOR DE CRISTO"


Discurso a una asamblea sobre el monaquismo

CIUDAD DEL VATICANO, jueves 20 de noviembre de 2008 (
ZENIT.org).-

"La vocación de los monasterios es la de indicar al mundo qué es lo esencial: buscar a Cristo y no anteponer nada a su amor", considera Benedicto XVI.

Así lo afirmó este jueves al recibid en audiencia a los participantes en la asamblea plenaria de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, que este año conmemora el centenario de vida.

En su respuesta a las palabras que le dirigió el cardenal Franc Rodé C.M., prefecto de ese dicasterio vaticano, el Papa se refirió al tema de esta plenaria, que ha tenido como eje central el monaquismo y su importancia en la sociedad actual, una cuestión "particularmente querida" por el pontífice que ha tomado el nombre de san Benito, fundador del monaquismo occidental.

Los monasterios, "buscando a Cristo y fijando la mirada en las realidades eternas", explicó, "se convierten en oasis espirituales que indican a la humanidad el primado absoluto de Dios, a través de la adoración continua de esa misteriosa, pero real, presencia divina en el mundo, y de la comunión fraterna vivida en el mandamiento nuevo del amor y del servicio recíproco".

El Papa invitó a los monjes contemplativos a "vivir el Evangelio de forma radical", "cultivando profundamente la unión esponsal con Cristo" en la espera "de la manifestación gloriosa del Salvador".

Si se vive la vocación de esta forma, "entonces el monaquismo puede constituir para todas las formas de vida religiosa y de consagración una memoria de lo que es esencial y que tiene el primado en la vida de todo bautizado: buscar a Cristo y no anteponer nada a su amor".

Añadió que los monasterios "deben ser cada vez más oasis de vida ascética", donde se cultive el conocimiento de las Escrituras. "El camino señalado por Dios para esta búsqueda y para alcanzar este amor en su misma Palabra, que se ofrece en las Sagradas Escrituras".

"Es a partir de esta escucha orante de la Palabra desde donde se eleva en los monasterios una oración silenciosa, que se convierte en testimonio para cuantos son acogidos como si fueran el mismo Cristo en estos lugares de paz".

Posteriormente, el ministro general de los frailes menores (franciscanos), padre José Rodriguez Carballo, presente durante la audiencia, subrayó en declaraciones a Radio Vaticano "el amor y la confianza" mostradas por el Papa "en la presencia y el testimonio de la vida consagrada".

"El Santo Padre, en el discurso de hoy, ha centrado la vocación monástica en la búsqueda de Dios, y esta es la gran vocación y el signo profético de la vida monástica en el mundo de hoy. En un tiempo en que parece que Dios no existe, o al menos muchos se comportan como si fuera así, el monje recuerda que Dios no solo existe, sino que es el centro de la vida y su realización plena".


Edita Sor Mª Celina






miércoles, 19 de noviembre de 2008

EL PAPA PROPONE A LOS JÓVENES PONER A JESÚS EN EL CENTRO DE SU VIDA


En preparación a la solemnidad de Cristo Rey.

CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 19 de noviembre de 2008.
Poner a Cristo en el centro de la vida. Este es el consejo que dejó Benedicto XVI este miércoles, al concluir la audiencia general en particular a los chicas y chicos presentes en la plaza de San Pedro del Vaticano.

Antes de despedirse de los miles de peregrinos el Santo Padre dirigió un saludo particular a los jóvenes, los enfermos y los recién casados.

Comenzó recordando que "el próximo domingo, último del tiempo ordinario, celebraremos la solemnidad de Cristo, Rey del Universo".

"Queridos jóvenes --exhortó--, poned a Jesús en el centro de vuestra vida y recibiréis de él luz y valentía", dijo.

"Cristo, que hizo de la Cruz un trono regio, os enseñe a vosotros, queridos enfermos --siguió diciendo-- a comprender el valor redentor del sufrimiento vivido en unión con Él".

Por último, dirigiéndose a los recién casados, venidos al Vaticano con su traje de bodas, les deseó "reconocer la presencia del Señor en vuestro camino familiar".

La fiesta de Cristo Rey fue instituida en 1925 por el papa Pío XI, que la fijó en el domingo anterior a la solemnidad de todos los santos, como respuesta al avance del ateísmo y la secularización, según escribió en la encíclica "Quas primas".

El Papa Pablo VI, en 1970, quiso destacar más el carácter cósmico y escatológico del reinado de Cristo. La fiesta se convirtió en la de Cristo "Rey del Universo" y se fijó en el último domingo del año litúrgico.
Edita Sor Mª Celina


domingo, 16 de noviembre de 2008

BENEDICTO XVI PIDE APOYAR A LAS COMUNIDADES DE CLAUSURA


"¡Estoy junto a vosotros!", dice a religiosos y religiosas dedicados a la oración

CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 16 noviembre 2008 (
ZENIT.org).-

Benedicto XVI ha exhortado a todos los creyentes a apoyar a las comunidades religiosas de hombres y mujeres dedicadas a la oración.

Hizo su llamamiento después de haber rezado a mediodía de este domingo la oración mariana del Ángelus al recordar que el 21 de noviembre, memoria litúrgica de la Presentación de María en el Templo, se celebrará la Jornada pro Orantibus, por las comunidades religiosas de clausura.

"Demos gracias al Señor por las hermanas y hermanos que han abrazado esta misión, dedicándose totalmente a la oración y viven de lo que reciben de la Providencia".

"Recemos también nosotros por ellos y por las nuevas vocaciones, y comprometámonos a apoyar los en sus necesidades materiales".

El Papa se dirigió en particular a los hombres y mujeres contemplativos para asegurarles: "vuestra presencia en la Iglesia y en el mundo es indispensable".

"¡Estoy junto a vosotros y os bendigo con gran afecto!", concluyó.

Algo menos de 50.000 religiosas en todo el mundo forman parte de las comunidades de clausura. El número de los religiosos es muy inferior.
Edita: Sor Mª Celina

HIJA DE EMIGRANTES, PREMIADA POR LA CONFERENCIA DE OBISPOS DE ESTADOS UNIDOS

Stephanie Garza, de 25 años, por su trabajo al servicio de padres de familia.
(ZENIT.org-El Observador).- Una joven de 25 años de edad, Stephanie Garza, fue elegida este año para recibir el Cardinal Bernardin New Leadership Award por su notable trabajo a favor de padres de familia inmigrantes a través del Southwest Organizing Project (SWOP) en Chicago.

El obispo Roger P. Morin, presidente del subcomité de la Campaña Católica para el Desarrollo Humano (CCHD) de la Conferencia del Episcopado de los Estados Unidos (USCCB), fue el encargado de presentar el premio y el perfil de la galardonada este año.

"Stephanie --señaló el obispo Morin-- es un ejemplo claro de un liderazgo juvenil inspirado por la fe, para ayudar a gente de bajos recursos a que trabajen en conjunto para enfrentar las causas de la pobreza en su comunidad; su testimonio nos inspira a todos"

El prelado estadounidense señaló que Garza trabaja en el SWOP, una organización civil que recibe recursos de la CCHD para ayudar a padres de familia inmigrantes a involucrarse con sus hijos en temas que tienen que ver con las causas de la pobreza de su comunidad. Hasta ahora el programa está vigente y funcionando en cuatro escuelas públicas de educación elemental en la zona deprimida del sureste de Chicago.

Stephanie Garza es hija de padre mexicano inmigrante y de madre mexicana-estadounidense; es ella el motor del programa que, sobre todo, involucra a madres inmigrantes para convertirlas en líderes del desarrollo "que hablen y actúen por sí mismas y por sus necesidades para que la gente de bajos ingresos puede hacer el cambio en sus comunidades".

Además, Garza es un miembro muy activo de la Campaña Católica para una Reforma Migratoria en la Arquidiócesis de Chicago, donde realiza jornadas pastorales en las parroquias para explicar la necesidad de una reforma migratoria integral basada en el Evangelio y en los valores que se desprenden de la Doctrina Social de la Iglesia.

También ha desempeñado un papel determinante en campañas diocesanas como son los retiros bilingües, las celebraciones de Corpus Christi y el mantenimiento de una relación de correspondencia entre parroquias de inmigrantes y parroquias de no-inmigrantes.

"Una gran cantidad de familias de inmigrantes se siente, realmente, aisladas; el proceso de encontrar soluciones comienza en crearles relaciones humanas; como católicos, necesitamos consolidar familias y comunidades, necesitamos actuar con nuestra fe para abogar unos por otros", dijo Stephanie Garza al recibir el premio el pasado lunes en Baltimore, durante la Asamblea General de Otoño de la USCCB.